Día 27: ¡Oh Sagrado Corazón, confianza y amor!

 

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. 

 

Si no ha participado de la Eucaristía del día se reza un acto de contrición: 

 

Sagrado Corazón de Jesús, que en el divino sacramento de la Eucaristía estás vivo e inflamado de amor por nosotros, aquí en tu presencia, pidiéndote perdón de nuestras culpas e implorando tu misericordia. Nos pesa, oh buen Jesús, el haberte ofendido. Tú eres tan bueno que no mereces esa ingratitud. Concédenos luz y gracia para meditar tus virtudes y formar, según ellas, nuestro humilde corazón. Amén.

 

Señor ten piedad,

Cristo ten piedad,

Señor ten piedad. 

 

Oración Preparatoria

 

Oh Dios, que por medio del Corazón de tu Hijo, herido por nuestras culpas, te dignas, en tu misericordia infinita, darnos los tesoros de tu amor; te pedimos nos concedas que, al presentarte el devoto obsequio de nuestra piedad, le ofrezcamos también el homenaje de una digna satisfacción. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén. 

 

Lectura Bíblica:

“No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Entrad por la puerta estrecha. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Pocos dan con ellos”

 

Meditación:

¡Qué premio tan hermoso te ha reservado el Sagrado Corazón! Es el momento en que,  el solo pensamiento hace estremecerse: el momento de la muerte. Ante este pensamiento, el hombre tiembla, se agita; sin embargo, debe afrontarlo con amor y con la esperanza puesta en la misericordia de Dios. Jesús te sonríe y quiere asegurarte la muerte santa, la muerte del justo. Entre las promesas que hizo a Santa Margarita María quiere recordar este punto: «Mi corazón será para todos mis devotos el seguro asilo en vida y especialmente en el momento de la muerte». Si quieres, pues, afrontar la puerta estrecha a la vida con la calma del justo, trata de creer en Jesús, de vivir en Jesús.

 

R.-    ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús! ¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que eres Tú, y haz que cada latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre sí. Amén. 

 

Tarea del día:

Digamos varias veces en el día la jaculatoria: «Sagrado Corazón de Jesús en Ti confío, más aumenta mi fe».

 

Padre nuestro, Ave María, Gloria. 

Oración final:

 

Oh Señor Jesús tus santos misterios infundan en nosotros un fervor divino, conque, recibida la suavidad de tu dulcísimo Corazón, aprendamos a despreciar lo terreno y amar lo celestial. Tu que vives y reinas por siglos infinitos. Amén

 

V.- Sagrado Corazón de Jesús.

R.- En Vos confío.

 

V.- Inmaculado Corazón de María.

R.- Sé la salvación del alma mía