Al final de este tiempo de gracia que han sido las reflexiones cuaresmales
queremos celebrar la fiesta del perdón. El amor de Dios nos “primerea”. Él sale a buscarnos y nos invita a la alegría: Su perdón nos devuelve la alegría. Pero nosotros, a menudo, merodeamos buscando alegrías efímeras y nos cuesta aceptar que necesitamos cambiar, que hay otro modo de vivir más
satisfactorio y feliz. Quizás hoy mismo, nos falte valor, atrevimiento. Por eso, hermano y hermana, sintiendo el inmenso amor de un Dios que sale a nuestro encuentro, “atrévete a cambiar” y celebra con gozo el abrazo del Padre, festeja y goza los pequeños frutos y descubrirás que Dios cuenta contigo para involucrarte en su misión de llenar el mundo del Evangelio de la alegría.