Día de todos los Santos

En el Día de Todos los Santos, recordamos, honramos, invocamos y nos proponemos imitar a los incontables cristianos, declarados o no como santos por la Iglesia. Ellos, que habiendo recorrido en este mundo su camino en fidelidad, hoy gozan para siempre de la Bienaventuranza eterna. Es un culto legítimo, por el que consideramos a los santos como fieles discípulos e imitadores del Señor. Es sólo a Cristo a quien, en definitiva, damos culto e invocamos, poniendo como intercesores a los santos, que están ya definitivamente más cerca de Dios.

Oración a los santos

Patriarcas que fuisteis la semilla
del árbol de la fe en siglos remotos,
al vencedor divino de la muerte,
rogadle por nosotros.

Profetas que rasgasteis inspirados
del porvenir el velo misterioso,
al que sacó la luz de las tinieblas,
rogadle por nosotros.

Almas cándidas, Santos Inocentes
que aumentáis de los ángeles el coro,
al que llamó a los niños a su lado,
rogadle por nosotros.

Apóstoles que echasteis en el mundo
de la Iglesia el cimiento poderoso,
al que es de la verdad depositario
rogadle por nosotros.

Mártires que ganasteis vuestra palma
en la arena del circo, en sangre rojo,
al que os dio fortaleza en los combates,
rogadle por nosotros.

Vírgenes semejantes a azucenas
que el verano vistió de nieve y oro,
al que es fuente de vida y hermosura,
rogadle por nosotros.

Monjes que de la vida en el combate
pedisteis paz al claustro silencioso,
al que es iris de calma en las tormentas,
rogadle por nosotros.

Doctores cuyas palmas nos legaron
de virtud y saber rico tesoro,
al que es raudal de ciencia inextinguible,
rogadle por nosotros.

Soldados del ejército de Cristo,
Santas y Santos todos,
rogadle que perdone nuestras culpas
a Aquel que vive y reina entre vosotros.