Cuando Lyette Reback se casó con su marido David a los 20 años, no podía imaginar que pasados unos 24 años sería madre de 16 hijos: 12 biológicos y 4 adoptados, con edades entre los 2 y los 22 años.

Y esta madre,  trabajadora social en Florida, no solo educa en su casa a su tribu de 10 hijas y 6 hijos, también se las arregla para cumplir con 88 transportes de hijos a entrenamientos deportivos, para garantizar el correcto funcionamiento de su hogar (¡incluyendo 42 lavadoras a la semana!),  acostar a sus niños en su cama todas las noches, ofrecer consejos en su blog The Rebacks, ir a cenar con los amigos encontrar tiempo para hacer ejercicio.

¿Cómo lo hace? Todos nos hacemos esta pregunta.

Conoce a la familia

Una de las primeras dificultades de tener un hijo es ponerle nombre, así que imagina las listas que esta familia ha debido de hacer a lo largo de los años…

Han optado por nombres no tan corrientes, aquí los 16:

  1. Daly Kay, 22,
  2. Ryli, 20,
  3. Bliss, 19,
  4. Kemper, 17,
  5. Glory, 15,
  6. Trinity, 13,
  7. Courson, 12,
  8. Liberty, 11,
  9. Judson, 10,
  10. Shepherd, 10,
  11. Sojourner, 8,
  12. Ransom, 8,
  13. Victory, 6,
  14. Stone, 5,
  15. Verity, 4,
  16. Vaughn, 2.

Reback afirma que no está segura de si ha terminado de aumentar su prole, ya que nunca “le ha puesto un número” y vive la maternidad “día a día”.

Sin embargo, una cosa está clara: junto con su marido David, 49 años, agente inmobiliario, Lyette se siente “bendecida por ser capaz de tener hijos y creemos realmente, de verdad, que criar hijos es una increíble oportunidad de hacer algo fantástico en el mundo”.

En declaraciones para Fox News, Lyette comparte: “Me levanto cada mañana y pienso: ‘No puedo creer que pueda estar haciendo esto. Criar hijos es el mejor trabajo del mundo’”.

La familia Reback, que supera cinco veces la media de hijos por familia,ha encontrado a veces desconfianza y ridículo por su tamaño, pero dado el buen desarrollo de sus hijos mayores, Lyette ya no es tachada de “rara”.

Un día corriente para la familia

Una de las razones del buen funcionamiento de la familia es el régimen diario de Lyette. Se despierta a las 5:30 de la mañana y empieza el día rezando.

Después de precisar las tan importantes listas de cosas que hacer, está preparada para atacar la educación en el hogar de sus hijos, abordando una gran variedad de temas, desde matemáticas a arte.

Transporta a sus hijos a sus actividades deportivas, ida y vuelta, lo cual puede suponer un total de 88 viajes en solo una semana. Y luego están las compras, que hay que planificar y realizar, sumando un total de 650 dólares semanales.

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lyetterebackWhat my breakfast table looks like most mornings. Not perfectly set, most times the meal is cold before I sit down, but these faces are the reason for everything I do.

Sin embargo, una de las principales razones del éxito de la familia es la sólida ética de trabajo de los Reback. Lyette quiere inculcar a sus hijos la importancia de que todos arrimen el hombro.

Cada niño recibe una tarea, como Trinity (13 años), que sirve tres comidas al día con ayuda de su hermana Liberty (11), que hace de pinche. Carson (12), se encarga de la colada y se toma “en serio” su función y, junto con los hermanos que le ayudan, estamos seguros de que este grupo de hermanos y hermanas tan capaces nunca sufre por el dilema de un calcetín desparejado.

“Son seres humanos, no robots, y no todo es siempre perfecto o bonito, pero ese hecho es el mismo tengas dos hijos o veinte”, reconoce Lyette.

Además de la educación y las tareas del hogar, los niños también colaboran en la organización benéfica de su madre, Believe With Me, que ayuda a familias de militares que han perdido a un ser querido en servicio.

Como familia numerosa, no solo aprenden a cuidar el uno del otro, sino a pensar en otras familias que no son tan afortunadas.

Por si todo esto no fuera suficiente, Lyette también coge papel y lápiz, o más probablemente, teclea en su ordenador para bloguear sobre la vida familiar, ofreciendo consejo sobre todas las fases diferentes de la infancia y también sobre el matrimonio.

Para la pareja la familia ha avanzado viento en poca pensando siempre en los demás.

Según escribe Lyette: “Cuando David y yo nos casamos, ambos creíamos en Jesús, pero apenas sabíamos lo que significaba eso. A medida que fuimos añadiendo hijos a nuestra familia, crecimos rápidamente en nuestra fe”.

Fuente: Aleteia