Ayer, 25 de octubre, fue San Crispín. En tierras del Reino Unido, Saint Crispin’s Day. Es una fiesta sin precedentes porque,contra todo pronóstico, tal día como hoy los ingleses lograron imponerse a Francia en la batalla de Agincourt, en la Guerra de los Cien Años.

El conflicto entre franceses e ingleses se prolongó en realidad hasta 116 años, entre 1337 y 1453. De todas las batallas, la de Agincourt fue la más sorprendente y sobre la que se han volcado los historiadores. En la madrugada del 25 de octubre de 1415, el rey inglés Enrique V, con solo 8.000 hombres y sin alimentos, logró vencer a Francia,que contaba con un ejército numeroso (se dice que estaban en proporción de 6 por cada inglés) y un avituallamiento constante. Aquello fue considerado un favor de Dios, ya que por muy estratega que fuera Enrique V (quien con 26 años ya había dado muestras de ser un militar valeroso e inteligente), las posibilidades de regresar a tierras inglesas con vida eran escasas.

Al tratarse del día de los Santos Crispín y Crispiniano, Enrique V bautizó aquella fiesta como Saint Crispin’s Day y se celebra cada año.
Un himno que emociona a los hombres

Saint Crispin’s Day ha pasado a ser famosa en todo el mundo gracias al actor británico Keneth Branagh, quien en 1989 llevó al cine la obra deShakespeare “La vida de Enrique V”. Él mismo dirigió y protagonizó el filme, titulado “Enrique V”. La cinta es magistral y dos de sus mejores escenas hacen referencia a la batalla de Agincourt. La primera es el discurso que el rey pronuncia durante la noche a sus hombres antes de que entren en combate: les anima, les infunde coraje y los trata de “hermanos”.

 

La segunda escena memorable es el himno de acción de gracias que canta Enrique V con sus tropas una vez ha concluido la batalla y ve -con perplejidad- que el enemigo ha sido vencido. Branagh escenificó la victoria empleándose a fondo tanto en recursos cinematográficos como en música, que incluye el canto del himno “Non nobis, Domine”.

El cánon “Non nobis, Domine” (en latín) está inspirado en el salmo 113 versículo 9 de la Biblia. Precisamente lo usaron como lema los Templarios -orden de caballería-.

En el filme, el canto del “Non Nobis, Domine” refleja el acto de humildad del Rey y de sus hombres ante la ayuda del Cielo que les salvó de morir en tierra enemiga. Y no solo eso: Branagh decidió que se rodaría con una sola cámara  que se iba desplazando por el terreno según avanzaba el himno. Se convirtió así en el travelling más largo de la Historia del Cine.

Fuente: Aleteia