Resultado de imagen de silos burgosEl pasado sábado cinco de mayo cuarenta personas de nuestras parroquias hicimos una peregrinación a Silos y la Aguilera. En primer lugar visitamos el claustro románico del monasterio de Santo Domingo de Silos, joya de nuestro patrimonio artístico y religioso.

Allí nos explicaron todas las características arquitectónicas del claustro de las que destacamos que se trata de un edificio de doble planta, siendo la inferior la más antigua y la de mayor mérito. Forma un cuadrilátero de lados ligeramente desiguales, de los que el menor mide 30 metros y el mayor 33,12 metros. Los lados norte y sur constan de 16 arcos, mientras que los lados este y oeste de sólo 14. En medio del jardín del claustro hay un imponente ciprés. Este ciprés es, sin duda, uno de los conocidos del mundo gracias a un poema. Su autor es Gerardo Diego (Santander, 1896-Madrid, 1987) miembro y antólogo de la Generación del 27, cultivador de formas tradicionales y vanguardistas, autor de una obra fundamental en las letras españolas.

Enhiesto surtidor de sombra y sueño,

que acongojas el cielo con tu lanza.

Chorro que a las estrellas casi alcanza,

devanado a sí mismo en loco empeño.

Mástil de soledad, prodigio isleño,

flecha de fe, saeta de esperanza.

Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,

peregrina al azar mi alma sin dueño.

Cuando te vi, señero, dulce, firme,

qué ansiedades sentí de diluirme

y ascender como tú, vuelto en cristales,

como tú, negra torre de arduos filos,

ejemplo de delirios verticales,

mudo ciprés en el fervor de Silos.

Una vez terminada la visita fuimos a comer en un restaurante cercano donde degustamos los guisos y caldos típicos de la zona. Concluida la comida pusimos rumbo a la Aguilera donde nos acogieron las hermanas de Iesu communio, unas religiosas de reciente fundación. Todos nos quedamos sobrecogidos por el cariño y amor que nos mostraron en su acogida y de la juventud de muchas de ellas.

Las hermanas se sienten llamadas a ser existencia y presencia orante que lleva en sus entrañas el “tengo sed” del Esposo. Se sienten llamadas a vivir en la comunión de Jesús, a ser templo donde se custodia la presencia del Dios vivo, donde se celebra la fiesta de la salvación, donde se desea y se hace desear la santidad como plenitud del hombre; casa con entrañas de Eucaristía, donde se vive del misterio del Pan partido y de la Sangre derramada por la vida del mundo, para que ninguno se pierda, que todos conozcan el don de Dios.

A continuación celebramos misa en la novena del patrón del pueblo: San Pedro Regalado. Terminada esta compramos las pastas y trufas típicas de las hermanas y regresamos a casa. El deseo de todos nosotros es el de volver a visitarlas y el de tener una experiencia de Iglesia que acoge y que te cuida.

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A continuación os dejamos algunas de las fotos de este precioso día de peregrinación:

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